Recetario reglas


Masticar silenciosamente y no hablar nunca con la boca llena.  
Los ruidos emitidos cuando se bebe, por ejemplo un caldo, están rigurosamente prohibidos.
– No llenar nunca demasiado la boca.
Llevar la comida a la boca y no al revés.
En la mesa mantener el busto erguido, pero sin rigidez.
La servilleta no se ata alrededor del cuello, sino que se coloca sobre la falda.
No apoyar los codos sobre la mesa, sino mantenerlos cerca del cuerpo, aún cuando se tenga que cortar un alimento más bien duro.
La cuchara sopera se llena sólo en sus dos terceras partes y no se apoya en los labios por  su  extremo, sino por un lado.
Cuando tengáis que inclinar el plato, para recoger las últimas cucharadas de sopa, no lo inclinéis hacia vosotros, sino hacia el centro de la mesa.
El caldo en taza se bebe directamente de la taza misma sin utilizar la cuchara. Con esta última sólo está permitido probar el líquido para cerciorarse de que no está demasiado caliente.
La cuchara sopera se deja en el plato con el mango hacia la derecha y paralelo a vosotros.
Los alimentos no deben nunca esparcirse desordenadamente en el plato, sino que deben mantenerse recogidos en el centro del mismo.
El alimento se corta a medida que es llevado a la boca.
Los huevos al plato se presentan en el mismo recipiente en el que se han guisado y se comen mojando pedacitos de pan, sin derramar demasiado la yema.
No se deben tomar nunca dos bocados a un mismo tiempo.
Cuando se ha terminado de comer, se colocan cuchillo y tenedor, ligeramente cruzados, en el centro del plato y en sentido perpendicular a vosotros.
El pescado no se corta nunca con cuchillo, sino que se usan cubiertos especiales.
Primeramente se le quita la cabeza, después la cola y finalmente se le practica un corte  en el vientre, para extraer delicadamente los filetes.
El pan se parte con las manos. Está terminantemente prohibido cortarlo con el cuchillo y hacer un montón de migas alrededor del plato.
La lechuga no se corta nunca con el cuchillo. Si las hojas son demasiado anchas,
se parten con el tenedor o se doblan con la ayuda de un pedacito de pan.
El queso no se come con el tenedor, si no que se apoya el pedacito cortado, con la ayuda del cuchillo, sobre un pedazo de pan y se llevan ambos a la boca.
Manzanas y peras se cortan a cuartos, se les quita el corazón y la  piel (esta segunda  operación se lleva a cabo teniendo clavado el pedazo de pera o de manzana en el tenedor)  y se cortan a pedacitos.
Los granos de uva se separan de uno en uno del racimo, y se llevan a la boca, recogiendo en la mano semicerrada las posibles pepitas, que se llevarán al plato.
Para pelar una naranja se cortan primero los casquetes superior e inferior. Después se corta la piel en secciones verticales, que se van separando de la fruta; luego se separan los gajos, que se llevan a la boca sin ayuda de cubiertos.
Las mandarinas se pelan y se cortan con las manos.
Está absolutamente prohibido rebañar el plato con un pedazo de pan clavado en el tenedor.
Antes de beber es conveniente limpiarse la boca para evitar dejar huellas en el vaso.
No uséis nunca vuestro propio tenedor para tomar los alimentos de la fuente.
No llevéis nunca a la boca un alimento tomado directamente de la fuente; depositadlo
antes en vuestro plato.
No rechacéis  nunca los alimentos que se os ofrezcan: es mejor tomar una porción pequeña de ellos para no ofender al ama de casa, la cual podría sospechar que la comida no es de vuestro agrado.
Con los huevos no se emplea nunca el cuchillo, ni siquiera con los duros. Los huevos pasados por agua se comen introduciendo en la yema un pedacito de pan y recogiendo después con una cucharita la clara que está pegada a la cáscara.